La palatabilidad es lo que hace que un alimento o ingrediente estimule el apetito de un gato o un perro, animando así a la mascota a comer el alimento y disfrutar con satisfacción de la comida.
Esto significa que la palatabilidad debe ser una parte fundamental de tu estrategia para garantizar que tu producto se consuma y se vuelva a comprar. Debido a que también hace que la hora de comer sea un momento feliz compartido, la palatabilidad refuerza el vínculo entre la mascota y el tutor, una conexión emocional con fuertes implicaciones positivas para tu marca.